Las marcas del antisemitismo

Transcripción de la entrevista para “El explorador de los chicos” podcast De Lorena Peverengo Lacombe - https://wetoker.com/author/lorena-peverengo/

1-Qué valor tiene hoy la memoria de lo que sucedió en la Shoá después de los sucesos del 7 de Octubre?

La Shoá es sinónimo de genocidio. Se llama genocidio al exterminio de un grupo humano, por causas geopolíticas, económicas, religiosas o étnicas. Si decimos shoá, u holocausto que aunque no son lo mismo se usan indistintamente, no hace falta explicar nada más, se entiende que se refiere a asesinatos masivos de personas inocentes. En un genocidio s decir, quien ataca no lo está haciendo para defenderse sino para conseguir algo. Es la diferencia entre matar y asesinar. Los mandamientos prohíben asesinar, no matar. Matar está permitido porque se mata en defensa propia o en defensa de alguien que está siendo atacado. Asesinar está prohibido porque se asesina por una conveniencia, una razón, por un sentimiento nunca es como defensa. Se asesina por robar, por ocupar un lugar, por invadir un territorio, por odio, por venganza, eso es lo que prohíben los mandamientos. 

La memoria por sí misma tiene un valor relativo. Se repite que hay que recordar para no repetir y eso está probado que no es así. El holocausto se recuerda, se investiga, se enseña y se conmemora y sin embargo el anhelado nunca más es otra vez y otra vez y otra vez. Los asesinatos masivos han seguido sucediendo. La memoria cobra importancia cuando de ella se extraen enseñanzas para el presente y el futuro. No es solo recordar. Apliquemos esta reflexión a lo sucedido el pasado 7 de octubre. Tanto la shoá como el ataque de hamás fueron contra judíos.  En la shoá el plan era su exterminio completo del planeta, en lo sucedido el 7 de octubre se revela el mismo propósito. Pero hay algunas diferencias. Una diferencia con la shoá es que los nazis perpetraron el asesinato de manera oculta, impidieron que el mundo lo supiera mientras que hamás que entró a matar, a violar, a torturar y a secuestrar, filmó cada una de las perpetraciones y luego las difundió por las redes sociales, a diferencia de los nazis, estaban felices y orgullosos de lo que habían hecho. Sin disimulo alguno, al contrario. El plan de exterminio nazi fue descubierto después de que fueron derrotados. El objetivo de asesinar, violar, desmembrar, torturar y humillar a los judíos y luego hacerlos desaparecer es público, lo dice la constitución de hamás y lo proclaman sus líderes abiertamente. 

Otra similitud es que durante la shoá el plan maestro de los nazis era el exterminio de todos los que llamaban impuros. Empezaban con los judíos. Pero continuarían con los eslavos, los latinos, los negros, los amarillos, los rojos, los marrones, es decir, todos los que no eran parte de su grupo étnico, gran parte del mundo estaba designado a ser asesinado. No lo pudieron hacer porque fueron vencidos en la guerra. ¿Pero qué pasará con la amenaza de hamás y el islamismo radical si no son frenados? El plan del islamismo radical de hamás es atacar y asesinar a judíos en donde se encuentren y seguirá con los que llaman infieles, es decir con todos los que no pertenezcan al islam. Los nazis querían exterminar a los impuros, los de hamás a los infieles. A todos. O sea que luego de los judíos seguirán con los cristianos y con todos los demás y el infierno será imparable. 

Hamás debe ser derrotado así como fue derrotado el nazismo. Para todo esto sirve la memoria de lo que pasó en la shoá.

2-¿Por qué el antisemitismo está tan integrado a nuestra cultura?

es la pregunta del millón y tiene muchas respuestas, ninguna definitiva.

Lo que llamamos antisemitismo debería ser llamado judeofobia, odio a los judíos. Antes de que se llamara antisemitismo era simplemente odio y demonización. Esto tiene una larga historia porque durante las distintas invasiones que sufrió lo que hoy es Israel desde la antigüedad, los judíos no se sometieron pasivamente a los conquistadores y mantuvieron sus rituales y creencias lo que era visto por el poder de turno como una rebelión intolerable. Ese pueblo de zaparrastrosos que se lo pasaban leyendo y orando ¿quiénes se creen que son que no respetan ni a griegos ni a romanos, ni a reyes ni a emperadores e insisten en sus creencias absurdas de que dios es uno solo? Jesus fue uno de esos judíos rebeldes que predicaba la existencia de un dios único y la gente lo seguía. El peligro era tanto para el poder romano que el único modo en que lo callaron fue deteniéndolo y crucificándolo como un delincuente junto a dos ladrones. Jesus fue un rabino, nunca renegó de su judaísmo, siempre lo respetó y predicó en su nombre. ¿De dónde viene el cristianismo entonces? Es posterior a su muerte y se lo debemos a Pablo y a los apóstoles que escribieron las crónicas de su vida. En nombre Cristo es la transcripción griega de la palabra hebrea mesías y al reconocer a Jesús como tal lo comenzaron a llamar Cristo. Y precisaron diferenciarlo de su herencia judía pues para ellos fue el fundador de una nueva religión y comenzó la tarea de oponer la figura del judío a la del cristiano como opuesto, como el mal, como el demonio. El proceso de cristianización del judaísmo y de su demonización culminó en el siglo IV cuando el emperador Constantino declaró a la Iglesia Católica como la religión oficial del imperio romano. En todas las iglesias y parroquias europeas a partir de entonces las prédicas insistían en la condición maligna de los judíos y los campesinos y el pueblo iletrado tomaba la palabra de los curas y prelados como palabra santa. En la edad media las acusaciones de la malevolencia judía llevó a que fueran acusados de todo lo malo que sucedía, pestes, hambrunas, inundaciones, reyes y emperadores culpaban de todo a los judíos. Esta judeofobia, este odio a los judíos, fue construido durante esos siglos, luego corroborado y afirmado durante la inquisición española. Pero la cosa no quedó ahí. Durante el siglo XIX hubo un vuelco insólito con dos teorías que comenzaron a circular. Una fue la teoría racial. Los europeos debían explicarse de alguna manera por qué los esclavos, los negros, los indígenas americanos, por qué tenían otro color, por qué otras costumbres, por qué no tenían las mismas costumbres que ellos. Los veían como inferiores, como incapaces y más animales que seres humanos. La teoría racial surge como una explicación que tranquiliza las almas civilizadas europeas pues dice que hay razas superiores e inferiores y que los europeos, por supuesto, eran superiores. Al mismo que los esclavistas veían a sus esclavos como inferiores, la ciencia lingüística investigaba los orígenes de los distintos idiomas. Algunos venían del sánscrito, eran las raíces arias, otros venían del extremo oriente, eran las raíces orientales, otros del medio oriente con raíces  semitas y varios orígenes más. Pero a fines del siglo XIX al periodista, Wilhelm Marr se le ocurrió tomar los orígenes de las lenguas y aplicarlo a los orígenes de las personas. Los que hablaban idiomas arios pertenecían a la raza aira, los que hablaban idiomas semitas a la raza semita. Aquí se explica una curiosidad porque judíos y árabes hablan lenguas semitas pero son distintos pueblos, con historias y culturas diferentes. Esta unión del origen del idioma con la teoría racial creó el antisemitismo. El viejo odio, las viejas acusaciones ahora se transformaron en cuestión racial, biológica. Los judíos eran una raza semita, inferiores, malignos, mentirosos, sucios y conspiradores. Ya no se trataba de una religión o de formas de pensar y vivir sino a algo genético. racial, heredado en la sangre. Ya no era cuestión de que se convirtieran al catolicismo como durante la inquisición, la teoría racial sustentó el plan de exterminio nazi que debía exterminar a todos aquellos pueblos que amenazaban como volver impura a lo que llamaban la raza aria. Empezaban por los judíos porque le judeofobia ya estaba instalada y no había que hacer mucho trabajo para convencer a la gente que venía escuchando acusaciones desde los púlpitos de las iglesias. Si no hubieran perdido la II guerra, una vez exterminados los judíos iban a seguir con el resto de los que creían impuros en el planeta. Es importante saber que la teoría racial es una superchería, que no existe algo así como razas entre los humanos, somos la raza humana, una sola, sin subdivisiones de ninguna especie.

3-Qué lecciones nos dejó el Holocausto que no aprendimos para poder respetarnos y enriquecernos con las diferencias?

Que la diversidad es una fuente de riqueza, eso lo sabe la biología, por eso es bueno que los hijos provengan de padres de familias diferentes y para traer renovación genética y enriquecer las respuestas y defensas naturales. 

Es natural que nos sintamos más cómodos con los que se nos parecen. Es natural que seamos amigos de gente con la que compartimos idiomas, culturas y visiones del mundo. Los que viven en el extrajero tienden a juntarse con sus compatriotas como un nido tranquilizador, todos comparten los códigos, historias similares, gustos y memorias. El diferente nos levanta una inquietud, ¿le gustaremos? ¿podremos comunicarnos? ¿querrá aprovecharse de mí de alguna manera? ¿me tengo que cuidar? Acercarse al diferente, conocerlo, conversar, mirarlo con simpatía, permite levantar esas barreras naturales y reconocer en lo que parece tan diferente aquello que nos iguala. Todos tenemos sangre en nuestras venas, cuando tenemos hambre nos hace felices comer, cuando estamos enfermos nos alivia ser cuidados, protegemos a nuestros hijos, nos ocupamos de nuestros padres, tenemos rituales para los distintos momentos de nuestras vidas, en todo eso todos somos iguales y es iluminador verlo porque nos hace sentir que los humanos somos una gran familia, una sola raza. Con distintos colores de piel, de pelo y de ojos, distintas alturas y tamaños, distintos idiomas y formas de ver el mundo pero compartimos el 98% de nuestro ADN, no tenemos razas que nos dividan, tan solo diferencias superficiales y exteriores. La raza humana es una sola. Eso es lo que tenemos que aprender todavía luego del holocausto.

4-Cuáles son las distintas marcas (físicas o indelebles como el numero tatuado e invisibles) que deja el antisemitismo en la vida de las infancias, las adolescencias y los jóvenes?

En situaciones benévolas tendemos a creer que el antisemitismo ha desaparecido y cuando rebrota nos sorprende, nos asusta, nos angustia. Es lo que está pasando ahora luego del sanguinario festín de sangre y tortura del terrorismo en Israel. El islamismo radical tiene como objetivo el exterminio del pueblo judío y de todos los infieles, como una vez lo tuvo el nazismo. No hay fronteras para ello. Lo que hicieron en Israel también lo hicieron en todos los atentados terroristas en Estados Unidos, Francia, España, Inglaterra. Ningún sitio está seguro para el terrorismo islámico. Los judíos vivimos a partir de entonces en un estado de alerta porque sabemos que podemos ser blanco de ataques en cualquier momento. Las escuelas, las sinagogas y las instituciones culturales judías son sitios que deben ser resguardados todos los días y todas las noches. El antisemitismo es un arma lista para disparar y no hay chaleco antibalas que nos proteja del todo. En Europa, durante el ascenso del nazismo, los chicos judíos fueron echados de sus escuelas, tenían prohibido ir a parques publicos, al cine, tener mascotas. Fue un shock drástico para los jóvenes tener que abandonar su equipo de fútbol o natación, no poder ver a sus amigos, novios, sus bandas de música. De pronto todo lo que les gustaba les estaba prohibido. De pronto ser judío era tener que estar marcado con una estrella que impedía que se subieran al colectivo porque no les estaba permitido, que hacía que algunos se burlaran o los humillaran, los hacían bajar de las veredas y caminar por la calle “como los caballos”. La marca del excluido, la marca del discriminado, la marca del ninguneado, es una herida muy dolorosa que queda guardada en nuestra identidad. Los que hemos sufrido ataques, humillaciones, acosos sabemos de qué hablo porque la memoria de esos hechos será para siempre parte de quienes somos. La prevención contra los ataques terroristas del islamismo radical debiera ser tomado en cuenta también por los cristianos y los de otras etnias, culturas y religiones porque todos somos igualmente infieles y todos estamos en la mira del terror. Pero es triste ver que casi todos creen que es un tema judío.

5-Cuáles de todas estas marcas permanecen en la vida adulta?

En cada persona es diferente y depende de lo que vivió y de qué es lo que cada uno pudo hacer con aquello que sufrió. Las consecuencias son variadas. 

La baja autoestima, la sensación de tener que probar que se tiene derecho. 

El enojo, el deseo de reivindicarse y demostrar que aquel ataque era injustificado, que fue arbitrario e injusto. 

Algunos judíos tiene dificultades con defender su salario, reclamar alguna deuda, pedir un aumento no vaya a ser que crean que su único interés es el dinero y esa es una marca que se imprimió por la histórica acusación de avaricia. 

Otra marca es poner atención en no sobresalir, en no hacerse notar, no vaya a ser que alguien crea que por ser judío uno se siente superior y esto es una consecuencia de la acusación de creernos el pueblo elegido… idea que se malentiende. Me explico. Hemos sido el pueblo elegido pero no para tener privilegio alguno sino para llevar al mundo la idea del monoteísmo, de que dios es uno solo y de que todos somos sus criaturas, iguales y sin discriminación. La idea proclamada en contextos de paganismo y de múltiples dioses, era una idea revolucionaria y ha sido una pesada responsabilidad del pueblo judío sostenerla, apegarse a la ley y no dejarse colonizar por ningún canto de sirenas. Lejos de la idea de ser elegidos como privilegiados o superiores, la tarea no nos ha sido fácil y nos hemos atenido a ella siglo tras siglo, persecución tras persecución, matanza tras matanza.

6-De qué manera se pueden componer las situaciones de discriminación y antisemitismo?

No sé cuánto se podrá componer. Pero habrá que seguir intentándolo. Hablar con quien quiera escuchar, enseñar, investigar, publicar, responder en las redes sociales… hasta hace poco creíamos que era una cuestión de educación, hoy sabemos que no alcanza, que el poder de las redes es tanto que es ése el frente que debemos encarar. La viralización de contenidos breves y contundentes, muchas veces falsos o manipulatorios, sin explicaciones ni contextos tergiversa los hechos y construye relatos que se infiltran como verdades y se multiplican hasta el infinito. Es lo que está pasando ahora con la respuesta defensiva de Israel luego del feroz ataque terrorista de hamás. Es en la redes donde es importantísimo responder a los mensajes engañosos con contenidos ciertos pero atractivos que inviten a ser vistos y likeados. Cada mensaje que es visto, likeado o reenviado informa al algoritmo que es de mucho  interés y se reproduce con más velocidad. Es una tarea enorme la que tenemos que encarar y lo que estamos haciendo acá con este podcast está orientado hacia allí.

7-Podría definir con una palabra la marca más profunda que deja el antisemitismo? para mí es desconfianza. Y la desconfianza horada y lastima el piso sobre el que estamos parados, nos fuerza a mirar con recelo, a tomar precauciones, a vivir bajo la alerta de la amenaza, a perder espontaneidad y frescura, la desconfianza lastima las bases de la solidaridad y la esperanza.

8-Como se combate el Antisemitismo? -Que podemos hacer como ciudadanos para evitarlo?

En principio con podcasts como éste, con buscar informaciones fidedignas y veraces, acudir a personas autorizadas, preguntar, aprender, no dejarse llevar por slogans o consignas engañosas disfrazadas de buenas intenciones. Pero hay mucho más. 

Conocer nuestros propios prejuicios y no solo contra los judíos. Tenemos un montón de prejuicios que funcionan silenciosamente, que nos pasan inadvertidos, que naturalizamos y que a la hora de actuar nos ponen en contra de alguien sin darnos cuenta del prejuicio que nos mueve en las sombras. Prejuicios sobre la imagen corporal, la edad, la condición social, el género, la sexualidad, el color de piel, la ropa, las formas de hablar, las discapacidades, las enfermedades, en cada una de estas cosas hay decenas de prejuicios. Todos tenemos prejuicios. 

El prejuicio antisemita acusa a los judíos de haber matado a dios, de ser explotadores, de ser comunistas, de ser capitalistas, de manejar la economía mundial, de ser dueños de los medios, de ser los demonios de la civilización, los culpables de todos los males que nos aquejan. Ninguna de estas acusaciones tiene asidero real, son ideas fraudulentas destinadas a generar odio y a sostenerlo. Esto lo estamos viendo en estos días con las acusaciones a Israel, el único estado judío del planeta, que está siendo acusado de las mismas cosas de las que se ha acusado a los judíos a lo largo de siglos. Israel y los judíos somos culpables por definición, por definición del prejuicio que así nos ha construido. Los ciudadanos debemos estar alertas ante este y todos los prejuicios y revisar nuestras ideas y puntos de vista tomando en consideración el modo en que los prejuicios nos manipulan y construyen nuestras opiniones. El antisemitismo no es un problema judío. Cae sobre los judíos pero debe ser un tema de cuidado de cristianos y musulmanes, es SU problema, ellos lo originaron y no nos corresponde a nosotros solucionarlo, nosotros debemos seguir sobreviviendo ante esta amenaza, explicar, contar las cosas cómo son y esperar que los odiadores recobren el sentido y encuentren la cura a esta enfermedad que sufren hace tantos siglos. Hay personalidades muy prestigiosas que dicen que el antisemitismo es el odio más importante en el siglo XXI y que hacia allí debemos dirigir nuestras fuerzas.

Hago mía la frase de Albert Einstein: Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Y yo agrego: sí Einstein, es cierto, pero debemos seguir intentándolo.